La bailarina de sueños
Ya había llegado la noche del solsticio de invierno y como cada año a Katia le tocaba cumplir una tarea trascendental, alimentar los buenos sueños de los humanos, especialmente los de los más pequeños, tal era el cometido de éste hada del invierno. Así pues, empezó el ritual que llevaba realizando siglos, abrió un pequeño cofre que siempre llevaba consigo y extrajo su mágica tiara de oro blanco y diamantes que aumentaba su influencia sobre los humanos hasta niveles insospechados. Se la colocó sobre sus blancos y bellos cabellos. Conectó los auriculares a su teléfono móvil, se los puso,le dio al play y comenzó a danzar, al son de la música en aquella noche estrellada. Lo único que había cambiado en todos aquellos siglos, era la música utilizada que dependía de la época en la que se encontrara, desde los años 50 la canción escogida era "Jingle Bell Rock", en alguna de sus múltiples versiones en función de la década. Mientras danzaba, los mortales comenzaban a soñar, bajo la